La mujer de papel
Cultura |
Libros | Reseña
Por Pau Martínez Solís
Libro: La
mujer de papel
Autor: Rabih Alameddine
Editorial:
Lumen
Páginas: 316
La mujer de papel es Aaliya,
quien a sus 70 años y con su cabello azul, narra su historia, es traductora de
libros. Me identifiqué totalmente con ella porque justo inicia su amor por la
literatura cuando empieza a trabajar en una librería.
La
protagonista, en su vida adulta, por azares del destino (ya lo irán
descubriendo) se dedica a leer compulsivamente libros (De autores como Pessoa,
Javier Marías, Calvino, Dostoievski entre otras joyas) y a traducirlos, todo
desde el anonimato, ya que sus vecinas (y el mundo) ni se inmutan al respecto.
Pero ¿por qué decide dedicarse a leer de esa manera? Porque era una forma de
huir de una realidad llena de violencia; justamente mientras se desarrolla su
historia en medio de la guerra en Beirut y de alguna manera ella se ve obligada
a sobrevivir tratando de aislarse y de crear un entorno de paz, aunque sea por
un momento.
Un
dato curioso es que ella duerme con su revólver, regalo de alguien especial en
su vida; porque les platico que Aaliya si se casó, pero con un hombre nefasto
al que nunca amó y las vueltas de la vida la llevaron a encontrarse sola y a
decidir quedarse así siempre, lo cual no significa que no hayan pasado sucesos
inesperados (sonrisa cómplice).
Lo
que también hace de este libro una novela muy enriquecedora es que te presenta
un abanico de historias con sus respectivos autores, cuando ella traduce y
empieza a hacer su trabajo mental, analizando dichas obras, el autor nos da la
oportunidad de conocer joyas de la literatura y de empaparnos de cultura
general literaria.
Encontrarán
muy interesante el cómo se da su convivencia familiar, con la madre
principalmente, no se llevan bien; su ritual de cada año cuando va a iniciar
una traducción, su trabajo en la librería, la inundación de su departamento y
como este suceso la lleva a crear lazos con sus vecinas (aunque un tanto locas,
pero la acompañan), entre otras situaciones increíbles que descubrirán.
Quiero
finalizar con una frase que ahí mismo encontrarán “Somos lo que leemos” y si
respondiera a ello, diría que soy, en ocasiones, una viejita loca, tal vez
francesa o del medio oriente, que gusta del té o del café, sabia y excepcional,
que ama viajar y leer, que en su juventud fue como una heroína fuerte y capaz
de luchar contra lo que sea ¿por qué? Porque tengo una predilección por la
novela histórica, como ya se habrán dado cuenta.
¿Y
ustedes quIénes son?
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